La familia janeriana siente el gozo de sentirse identificada con el modo de vida de la Me. Janer, ella sigue fielmente a Cristo Nuestro Señor, que pasa haciendo el bien, e intenta vivir a fondo el carisma que Dios le ha regalado para el bien de toda la Iglesia, el compromiso profundo por la dignidad de cada ser humano, el respeto como hijo de Dios, y se concreta en un amor misericordioso que se ofrece desinteresadamente.
Es un Don gratuito, que se comparte y reparte a manos llenas desde el más mínimo gesto de caridad hasta llegar al grado heroico de ese amor consagrado hasta el sacrificio.
Comentamos brevemente algunos de estos apostolados: trabajamos con las personas necesitadas de nuestro entorno, en servicios parroquiales, como caritas, atención a la mujer inmigrante, indigentes, atendemos guarderías, estamos en residencias de ancianos. La misión conjunta con los laicos se concretiza en acercarnos al hermano que sufre, está enfermo o necesitado de compañía y calor humano. Visitamos residencias de ancianos, y proporcionamos momentos de recreación, de celebración de la fe a través de los sacramentos de la eucaristía, unción de los enfermos y de la reconciliación. Compartimos momentos de reflexión en torno a la Palabra, y nos unimos en nuestras oraciones por las necesidades del mundo entero.
Como miembro de grupos de este servicio de caridad al estilo janeriano, puedo asegurar que se hace realidad semanalmente, la frase evangélica:
y la otra "hay más alegría en dar que en recibir" (Hch. 20,35)
Experimentamos la presencia del Señor que está en medio nuestro fortaleciendo nuestra entrega diaria, y nos acompaña en el crecimiento de nuestra fe, da sentido a nuestras vidas y nos plenifica como personas humanas y cristianas janerianas.Os recomendamos una frase de la Me. Janer para tener en cuenta esta semana:
"Estudiad y meditad la Vida de Jesucristo, toda ella es enseñanza para nosotros"
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