Un paso más en nuestra historia eclesial, el Papa Benedicto XVI, nos está pidiendo que nos pongamos en marcha hacia la "Nueva Evangelización" desde la perspectiva de la Fe. Nos lo pide a la Iglesia del mundo entero, por tanto las fuerzas se han de unir para volver a fortalecer nuestros vínculos de comunión fraterna fundamentados en aquello que creemos y esperamos.
La carta apostólica "Porta Fidei", nos da la pauta para centrarnos en el Misterio de Cristo Resucitado, en los primeros seguidores y en lo que se nos pide hoy a todos los bautizados.
La nueva evangelización ha de pasar por la renovación de la fe y la vida de los creyentes, que han de ser personas creíbles en sus convicciones, pero sobre todo en su testimonio de vida.
Hoy la Iglesia está en descrédito, es cierto, pero todos somos responsables de esta situación, tal vez nosotros con nuestro obrar hemos ido rebajando la calidad del cristianismo. El número de seguidores no es tan grave que disminuya, como la calidad de sus miembros. La primitiva Iglesia fue fundada con doce personas que fueron capaces de llevar el mensaje evangélico a todo el mundo.
Este año 2012, en que nos preparamos para vivir el año de la FE, (11 de Octubre 2012 - 24 Noviembre 2013), es una buena ocasión para preguntarnos ¿por qué llevamos un crucifijo colgado al cuello? o bien ¿qué significa llevar este símbolo tan hermoso que nos recuerda que Jesús murió por cada uno de nosotros para darnos vida?, y vida eterna. En nuestra sociedad inclinada a la cultura de la muerte, al egoísmo, hedonismo, individualismo, y otros, sigue vigente el llamado de Cristo Jesús, a la Vida. A la verdadera vida que nos plenifica en el amor cristiano.
San Pablo invitaba a sus hermanos convertidos, a vivir en alegría, porque es una de las actitudes con los que se reconocen a los verdaderos cristianos. Decía: "Vivid siempre alegres en el Señor, os lo repito, vivid alegres". (Filp 4,4)
Porque de nada sirve un cristiano triste, posiblemente su fe termine en el Viernes Santo, y no es así, hemos de vivir el gozo de la Resurrección. Que nos permite mantenernos alegres en la esperanza y firmes en la fe en Jesús.
Los mártires, los santos, beatos y venerables hermanos nuestros que han dado su vida por vivir en Evangelio, por seguir a Jesús hasta las últimas consecuencias, eran personas de carne y hueso como nosotros, ellos no se avergonzaron de sus creencias, muy al contrario, fueron testigos valientes que arriesgaron sus propios intereses y en algunos casos sus propios bienes. A ellos los movía la fuerza del Espíritu Santo, la misma que hoy mueve a toda la Iglesia, la gracia de Dios está tan viva como entonces, la gran diferencia es que ellos creyeron, y a nosotros nos cuesta creer en estas verdades.
A Ana María Janer, por nombrar a uno de estos santos, un sacerdote le dedica la frase: "Creyente y solidaria", porque no hay fe sin obras. Y en ella se veía perfectamente reflejado este binomio, fe y obras.
Si crees, se actúa en consecuencia. Y la autenticidad es un valor hoy en día en "extinción", ser auténtico en la vida cuesta, pero si vivimos una vida fácil, sin la exigencia evangélica, es una vida sosa, como la comida sin sal, o como el café descafeinado, o la coca-cola ligth, y es allí cuando nos convertimos en "cristianos ligth" y hacemos una religión a la carta, a pedir de boca, vamos eligiendo aquello que "adelgaza" en este caso, nos adelgaza el espíritu.
Frases de los cristianos ligth:
- "Dios sí, pero la Iglesia no"
- "Comulgo, pero eso de confesarse es otra historia"
- "Soy cristiano, pero no voy a Misa"
- "Perdono, pero no olvido".
- "Soy un cristiano bueno y no hago mal a nadie, de qué me tengo que arrepentir"
- "Todo es relativo, nada es para siempre"
- "Leer la Biblia es un rollo"
- "Rezo cuando me acuerdo"
- "Si Dios fuera Dios, arreglaría el mundo", etc....
Un cristianismo que es fácil, seguro que es ligth, porque el mensaje evangélico pasa por las palabras del Maestro: "El que quiera seguirme, que tome su cruz y me siga" (Mt. 16, 24-28).
- La cruz de la fidelidad
- La cruz de la autenticidad
- La cruz de la caridad
- La cruz de la verdad
- La cruz del testimonio
- La cruz del amor
Sabemos que todo ser humano es nuestro hermano, y somos responsables de sus vidas. Porque de lo contrario, no podríamos decir: Padre Nuestro.
Para pensar:
¿Qué clase de cristiano eres? ¿Por qué se ha desvirtuado tu fe? ¿Qué estás dispuesto a hacer para entrar en la dinámica de la Nueva Evangelización?
