Muchas fueron las iniciativas en estas navidades para que muchas personas pudiesen vivir una Navidad digna. No fueron los regalos los protagonistas en muchos pueblos sino el hacer felices a los que no tienen techo, comida, o amigos.
Por todos los proyectos emprendedores, damos gracias a Dios, que toca el corazón de los hombres de buena voluntad.
Si la Me. Ana María Janer estuviese entre nosotros, habría hecho lo mismo, no nos cabe la menor duda, con su título de "Humanísima", seguramente sus proyectos de caridad hecha servicio estarían en primera línea. Sobre todo en estas fechas en que la contemplación del Misterio del Verbo Encarnado la hacía transformarse por dentro y por fuera. El Hijo de Dios, presente en medio nuestro sea quien nos estimule y nos mueva a ser creativos en las iniciativas solidarias con nuestros hermanos que sufren por diversos motivos. Que la situación actual, donde gobiernos y sistemas no están por la labor, no nos dejen indiferentes.
Las hermanas y laicos fieles seguidores de su Fundadora, han intentado seguir su ejemplo sumándose a los distintos proyectos de solidaridad.
¿Qué entendemos por solidaridad?
"Son cosas chiquitas. No acaban con la
pobreza, no sacan del subdesarrollo, no socializan los medios de
producción y de cambio, no expropian las cuevas de Alí Babá. Pero quizá
desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos. Y al fin y al
cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es
la única manera de probar que la realidad es transformable. Estas cosas
nacerán de la gente, y sobre todo de la gente joven, si a la gente se le
despiertan las ganas de hacerlas"
Eduardo Galeano,"El derecho de la alegría" (1990)
Las frases del discurso del Santo Padre, este año se hacían realidad en muchos rincones de la tierra. "Dios no puede entrar en mi corazón si yo no le abro la puerta". Se hacían realidad porque muchos abrieron sus puertas, y surgieron múltiples iniciativas en esta Navidad. Especialmente en el servicio de Caritas donde se recibieron gran parte de las ayudas y entregaron a quienes realmente necesitan.
El Santo Padre nos invitó a "Abrir la puerta", como tal es el lema de los janerianos este curso. Abre la puerta al amor, a la esperanza, a la solidaridad, a la fe, porque contemplando la persona del Hijo de Dios en medio nuestro, creemos, y si creemos, amamos mientras esperamos su retorno.
Les dejo con el discurso del Santo Padre... quien "abre la puerta" puede escuchar el mensaje.