Hoy más que nunca el Espíritu Santo sigue dando vida y vigor a la Iglesia, mostrando nuevos caminos a recorrer, nuevas estrategias de solidaridad y ayuda a los más necesitados. Necesariamente el cristiano de hoy ha de ponerse al lado de las nuevas pobrezas que claman en medio de nuestro mundo "en crisis".
No podemos cerrar los ojos a esta realidad caótica que nos ha llevado la falta de valores humanos, éticos, morales y religiosos.
"El que esté libre de pecado que tire la primera piedra" (Jn. 8,7) . Todos somos responsables de los problemas sociales, de lo que mostramos a esta generación, de lo que dejaremos a las próximas generaciones, del mundo que ofreceremos a los que vienen detrás. Hacemos historia con nuestros actos, responsables o no, marcamos hitos.
Muchos dirán que la Iglesia vive su peor momento, sin embargo el Espíritu de Dios sigue presente suscitando personas comprometidas con sus hermanos. Personas emprendedoras y creativas de proyectos solidarios, programas para cambiar el mundo de miseria y hacerlo más fraterno, más humano, más digno. Dios sigue necesitado de cada uno de nosotros para llevar a cabo su proyecto de amor sobre el mundo: "Que todos sean uno, como nosotros somos uno" (Jn.17,22)
Hoy vivimos en red, conectados,informados y bombardeados de imágenes... la única red que realmente es necesaria para la persona humana, es la red del amor fraterno, sin hacer excepciones ninguna clase, por su raza, condición social, o religión. El que todo tiene, y nada le falta, difícilmente podrá darse cuenta de las necesidades ajenas.
Nuestro caminar es en comunidad; comunión eclesial que nos reúne para poner al servicio los carismas y talentos de cada persona o grupo al bien de la sociedad que recibimos como Don de Dios gratuitamente, para darlos también gratuitamente.
Es el Espíritu que suscita los carismas necesarios para renovar la Creación, otros son retirados porque ya no responden al momento histórico en que vivimos. Dios sigue vivo y presente en cada bautizado que con su testimonio de vida y con su misión desinteresada y atenta al servicio de los más necesitados, manifiesta que Dios es cercano y camina junto a nosotros.
Recordemos las palabras del Santo Padre a las jóvenes religiosas de la Iglesia y a los diferentes carismas. En la JMJ 2011
"AMARTE JESÚS
Y SERVIRTE SIEMPRE Y EN TODO"
- Con espíritu de humildad y sencillez
- Con un corazón generoso y comprensivo
- Con fidelidad al hombre de hoy, a la Iglesia y a Jesucristo
- Con estilo janeriano, sin distinciones, con dulzura y caridad
- Con la mirada puesta en Dios y los pies sobre la tierra
- Buscando a los "pequeños del Reino": los ancianos, los enfermos, los niños abandonados, los marginados, los que sufren por falta de empleo digno y estable.
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