Cuando Dios se fija en una persona, no solo la ama inmensamente sino que la espera toda la vida, porque Dios es fiel y no puede contradecirse.
Hermosea el alma con sus dones como lo hizo con la Me. Ana María Janer, pero ella reconociendo su pequeñez, respondió a la grandeza de este amor con su propia vida, convirtiéndola en un canto de amor que lo proyecta en la caridad hasta el sacrificio y el anonimato.
Ella sabe que lo poco que puede hacer por el Señor, no es nada, comparado con la inmensidad de su amor.Contempla a Jesús en la cruz que amó hasta el extremo de entregar su vida incluso por los indiferentes. Mirándolo a Él, la pregunta surge expontánea en el corazón amante de Ana María Janer: ¿Señor qué puedo hacer por tí?
Nosotros, como seguidores de Jesús, al estilo janeriano, hoy también nos preguntamos ¿Señor qué puedo hacer por tí? ¿dónde nos necesitas?
Porque Dios es el mismo ayer que hoy. Nuestros tiempos han cambiado, estamos en una sociedad modernista y simplista, pero Dios sigue siendo el mismo desde toda la eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario