domingo, 3 de abril de 2011

ETAPAS DE UN PROCESO DE BEATIFICACIÓN

Hay cuatro pasos en el proceso oficial de la causa de los santos transcurridos cinco años desde la muerte del candidato o candidata:
  • Primera etapa: la persona es declarada "siervo de Dios"
El Obispo diocesano y el Postulador de la Causa piden iniciar el proceso de canonización.
  • Segunda etapa: la persona es declarada "venerable"
Con el título de Venerable se reconoce que un fallecido vivió virtudes heroicas, esta canonización la hace el Cardenal correspondiente a la zona geográfica donde vivió esa persona, en la catedral, basílica más importante de esa zona.
  • Tercera etapa: beatificación, la persona es declarada "beato" (requiere de un milagro atribuido al candidato).
Se reconoce por el proceso llamado de "beatificación". Además de los atributos personales de caridad y virtudes heroicas, se requiere un milagro obtenido a través de la intercesión del Siervo de Dios y verificado después de su muerte. El milagro no es requerido si la persona ha sido reconocida mártir. Los beatos son venerados públicamente por la iglesia local (en la provincia correspondiente), esta beatificación la hace el Papa o un Cardenal en nombre del Papa generalmente en la Basílica de San Pedro o en la Plaza de San Pedro del Vaticano. En algunos casos, puede que la Ceremonia de Beatificación, se efectúe en el lugar de nacimiento de la persona a beatificar.
  • Cuarta etapa: canonización, la persona es declarada "santa" (requiere de la autenticación de otro milagro).
Con la canonización, al beato le corresponde el título de santo. Para la canonización hace falta otro milagro (en total dos milagros o un milagro más haber muerto como mártir) atribuido a la intercesión del beato y ocurrido después de su beatificación. Al igual que ocurre en el proceso de beatificación, el martirio no requiere habitualmente un milagro, esta canonización la hace el Papa en la Basílica de San Pedro o en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

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